Estudio Alvos Interiorismo: El Balneario de Tamina

Si hace unas semanas nos íbamos, virtualmente hablando, a Puerto Rico para asistir a la inauguración del nuevo Hotel de la cadena W en la Isla de Vieques, decorado por nuestra diseñadora Patricia Urquiola, en esta ocasión os invitamos a volar a Suiza, para pasar unos días en este formidable balneario situado en Bad Ragaz., el Balneario de TAMINA.

Los efectos curativos del agua del manantial de Pfäfers fueron descubiertos por azar en el año 1240 y rápidamente reconocidos. El famoso naturalista, médico y filósofo Paracelso se convirtió en 1535 en el primer médico especialista en balneología de Bad Pfäfers y escribió todo un libro acerca de los efectos del agua tibia a 36,5 °C. El antiguo Bad Pfäfers fue completamente restaurado entre 1983 y 1995.

Para los interesados en Historia, aquí está el museo del balneario y el monasterio con exposiciones temporales. A pocos metros del antiguo Bad Pfäfers se encuentra la angosta garganta de Tamina con acantilados de hasta 70 metros de altura y que pueden visitarse cómodamente en la actualidad. Una galería subterránea asegura el camino hacia el interior de la roca, pasando por una pequeña fuente de agua termal hasta llegar a la gruta del manantial.

Esta historia y su cultura se convierten en fuente de inspiración para el arquitecto Joseph Smolenicky, autor de las nuevas termas de TAMINA. Un espacio que se ubica dentro del paisaje alpino, aportando dos referencias determinantes. La primera, el complejo termal que está construido en madera de abeto. La segunda, el color es blanco, confiriendo al complejo un halo de lujo que subraya la excepcional altura del techo.

Minimalista, limpio, abierto y carente de elementos innecesarios, dentro de un bosque de 115 columnas que conectan los baños con la inmensa arboleda a los pies de los Alpes, entorno único que penetra en el interior por los ventanales victorianos. La majestuosidad de la estructura confiere a las termas el carácter de lugar sagrado.