lunes, 31 de agosto de 2009

Brad Pitt con el Proyecto “Niemeyer”


En el día de hoy toda la prensa se hace eco de la visita del actor norteamericano a Avilés. Puede resultar ameno saber que se ha impresionado por cómo se escancia la sidra, que ha venido sólo, sin Angelina Jolie, o cuanto le ha gustado la gastronomía avilesina , pero el motivo de su vista dista mucho de disfrutar de un “culín” de sidra.


De todos es sabido la pasión que este actor tiene por la arquitectura sobre la que ha puesto su interés y granito de arena en diversos proyectos como por ejemplo el orientado a la reconstrucción de Nueva Orleáns tras el devastador impacto del “Katrina” o promover proyectos en Namibia.


En este caso, el interés ha sido sobre el Centro Cultural Internacional, Niemeyer.


El espectacular Centro lleva el nombre del arquitecto que lo diseñó, Oscar Niemeyer y fue originado para ser un complejo internacional multidisciplinar que albergará conocimiento y creación artística, además de pretender regenerar la capacidad económica y urbanística de Avilés, ciudad en pleno proceso de transformación industrial.



Niemeyer, con 102 años en la actualidad y con miedo a volar que le ha impedido visitar nunca Asturias, ni siquiera para recoger el Premio Príncipe de Asturias que le fue otorgado en 1989 -fue su hija quién lo recogió -, anunció ayer que acudirá en breve a supervisar las obras .


Niemeyer, que no adquiere protagonismo en conferencias ni en promover públicamente sus obras , donó en 2005 el proyecto a Asturias, siendo el equipo responsable de urbanismo y la gente de su estudio quienes , sobrevolando la ría de Avilés en su parte más industrial, decidieron establecer allí el Cuartel General. Desde la distancia en su estudio de Río de Janeiro, con vistas sobre la Playa de Copacabana, y observando fotos y videos de Avilés , el propio Niemeyer, dio el visto bueno al emplazamiento.


La obra de este autor expresa la influencia que sobre él tiene Brasil, las sinuosas curvas de sus mujeres – cómo el mismo expresa-, su montañas y ríos. El Centro Niemeyer es un claro exponente de este universo de curvas.

"No es la línea recta la que me atrae, dura, inflexible, creada por el hombre.La que me atrae es la curva libre y sensual. La curva que encuentro es las montañas de mi país, en la sinuosidad de sus ríos, en las nubes del cielo y en las olas del mar. De curvas está hecho el universo, el universo curvo de Einstein."

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